Lima, ciudad que de manera justificada y por razones evidentes ha sido calificada como "dulcera", es sin duda cuna de muchos postres que fueron creados desde hace más de cuatro siglos en el antiguo virreinato del Perú y que aún mantienen su esencia y su técnica de preparación, para continuar deleitando en la actualidad los exigentes paladares de los peruanos.
Entre ellos tenemos al tradicional fréjol colado, las cocadas, el camotillo, los picarones de yuca o zapallo, mazamorra y arroz con leche, picarones, turrón De Doña Pepa, cachanga, churros, el ranfañote más conocido como el “postre de los pobres”, incluso los alfajores tal como los conocemos hoy, y la ponderación con espuma de suspiro limeño, debido a que los insumos para prepararlos siempre han estado a la mano.
Las texturas y olores característicos de estos dulces son una prueba de que son exquisiteces perpetuas. Muchos de sus nombres, como suspiro a la limeña, mezclan la poesía con el sabor. Las antiguas dulcerías los siguen preparando pese a los nuevos toques de la modernidad.
Sin lugar a dudas Lima, la capital de Perú es un destino muy apreciado en el mundo por su riqueza culinaria. Epicentro de la comida peruana y de las invenciones maravillosas en el terreno de los postres y los dulces, muchos de ellos enlazados a una tradición y a una época del año en particular.
Por: Alvarado I. Anny
Espinoza P. Ada
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