sábado, 2 de octubre de 2010

¿VIAJANDO CON EL ENEMIGO?

Miles de unidades de taxis informales circulan por Lima y atentan contra las normas de seguridad y la tranquilidad ciudadana.

Los innumerables hechos de violencia que son registrados en los taxis demuestran que la inseguridad de las calles de Lima se ha trasladado también a las unidades de taxis que brindan servicio de transporte a muchos pasajeros.

Los pasajeros de los taxis tienen que enfrentar la posibilidad de ser víctimas de un robo, asalto, secuestro al paso o hasta de un intento de violación por parte de algunos delincuentes que fungen como transportistas.

Valido del pretexto de ganarse un sencillo extra, al recursearse como taxista, cualquier depravado o delincuente puede hoy hacerse pasar por uno de ellos amparado por la informalidad presente en este Sistema de Transporte.

Según estimaciones del Instituto Peruano de Administración Municipal (IPAM), en Lima existen unas 220 mil unidades de taxis, de las cuales solo 90 mil son formales, pues pertenecen a empresas o al servicio de Taxi Metropolitano (Setame).

Para la formalización del servicio la Municipalidad ha propuesto la compra de vehículos a través de la Caja Metropolitana, medida errónea según los expertos en materia de Transporte pues Lima no necesitaría de la presencia de más de 100 mil de taxis , es decir incrementar 10 mil unidades formales más no acabaría con el problema.

Lo que realmente se necesita es que se apliquen medidas técnicas que eleven la eficiencia y la seguridad en materia de transporte.

Según Julio César Castiglioni, especialista en Derecho Municipal las asociaciones serían un primer paso para la formalización, luego el Municipio debería reducir algunas tarifas que se les exige para prestar el servicio a los transportistas.

Sin embargo indica, que esto no serviría de nada, si paralelamente, las autoridades en seguridad y transporte no emprenden medidas de control y fiscalización oportunamente.

Las asociaciones, debidamente constituidas, permitirían conocer la identidad de los choferes, las rutas que siguen, las marcas y modelos de sus vehículos y el volumen de taxis que circulan en Lima. Es decir, mejoraría el control.                

Autor: Pamela Inga Camac

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